«Cada canción se traducía en unos metros más de inmersión en el universo de She Rose From The Dead.»

El sábado 10 de marzo un grupo de personas se reunió en un salón de Malasaña para escuchar lo que tenía que decir la joven que se alzó entre los muertos. Ella se llama Victoria Rose y a través de su música transforma a sus compañeros en peces, sirenas o caballitos de mar. Los protagonistas de sus canciones combaten la insatisfacción con antojos de marisco, como en Rosie from the dead, o son ratas confusas por resucitar como humanas, como en It’s a trap little rat. Todo desde un estilo que roza la psicodelia, dirigido por su guitarra y reforzado por sus dos acompañantes.

Como parte de los Living Room Concerts, el Salón del Artista se llenó con sonidos drone de la mano de la tampura y el sitar de Pablo (la sirena) y con Paola, que se unió a la mitad del concierto para tocar un monosonido a la guitarra con un arco de violín. El sonido del grupo no es fijo porque en cada concierto pueden cambiar tanto los músicos como sus instrumentos. La experimentación es el elemento que los une, así como las letras de Victoria y el interés por esa música de los años 60 y 70 con toques indios. Por eso hay espacio para un sonido drone como el de la guitarra de Paola o para el serrucho musical que en ocasiones se acerca a sus conciertos. La setlist del concierto ordenaba las canciones con sus acordes, indicando los sonidos drone.

La intimidad de un espacio pequeño, con suelos de madera, sofás y taburetes, permitió que esos sonidos monótonos, poco habituales, crearan un ambiente de aura mágica. Cada canción se traducía en unos metros más de inmersión en el universo de She Rose From The Dead. Todas fueron acompañadas de una explicación paciente y sincera, sin prisas. Se podía entrever que el imaginario que llenaba los temas de historias peculiares, lejanas, fue creado desde la experiencia real de eventos surrealistas y desde el auto análisis. Así, mientras la primera canción, «Amamantando» habla de una mujer estéril que usa un muñeco como reemplazo, la segunda es más introspectiva; una plegaria a un ente similar a dios para que le guarde de no hacer daño a la gente que la quiere.

La combinación de historias narradas de personajes y propias continuó con «Monkey of Straw», el caso de una niña que juega con sus juguetes como si fueran sus amigos hasta que se da cuenta de que, en realidad, no tiene amigos reales. La siguiente narraba un suceso de su vida. Fue la primera canción que compuso y se llama «Invaluable», porque considera que la persona a la que se lo dedica, su expareja, lo es. El análisis vuelve con la siguiente canción, «Rashes«, en la que la ansiedad es capaz de rayar y dejar heridas cuando un tema se convierte en obsesión. «Mr. Toon» es otra historia real, de un amor de infancia, cumplido durante la juventud por un breve período de tiempo. Años después de la separación descubre que el chico murió en Londres al caer desde el tejado de un edificio.

Cuando llega el turno de «Ines Magic Fish Girl» se explica por qué Pablo lleva sobre las piernas una manta azul con forma de cola de sirena. Fruto de varias casualidades que relacionan a su amiga Inés con los peces, Victoria crea un mundo submarino a su alrededor. Esto es confirmado en «Rosie from the Dead», donde la mujer insatisfecha come marisco para saciarse, aunque no lo logre.

Tras tocar «Horoscope» hubo una pausa en la que los artistas estaban abiertos a hablar con el público. Al volver tocaron Race y jugaron mezclando tres canciones con el mismo acorde. Después siguieron con un cover de Dream de los Everly Brothers. «It’s A Trap Little Rat» cerró el concierto, que acabó de forma inesperada, como si el público despertara tras la inmersión en ese mundo mágico creado a través de sus canciones.

Yavanna Cubas

Living Room Concerts

Todos los conciertos tienen lugar de forma privada en casas de Madrid o espacios únicos y se organizan a través de Meetup:

www.meetup.com/living-room-concerts-official

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