Bambikina y el pájaro que trajo el fuego (Sala Copérnico – 28/4/18)

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Bambikina y el pájaro que trajo el fuego (Sala Copérnico – 28/4/18)

 

«El pájaro había levantado el vuelo para llevar fuego y música a cada rincón.»

Algunos conciertos no se olvidan; dejan huella y no se van aunque pase el tiempo. Eso nos pasó con el concierto de Bambikina en la Sala Copérnico el sábado 28 de abril, con el que iniciaba el vuelo de El pájaro que trajo el fuego, su nuevo disco. Hace tiempo la vimos en el Teatro Lara para disfrutar de las canciones de Referencias, y ambas actuaciones nos dejaron la misma sensación, la de haber presenciado magia, y muchas ganas de volver a un concierto de la extremeña.

La sala estaba llena de caras expectantes que miraban al escenario esperando la llegada del pájaro. Cuando por fin empezó a sonar “La Chamanita”, se hizo el silencio entre la gente y comenzó un concierto que no decaería ni un solo minuto. Ya desde el primer aplauso el público se entregó al completo, arropando a la banda en lo que sería una gran noche. Siguieron con “Sangra Graná”, canción que mezcla lo antiguo y misterioso de las leyendas con lo moderno. Y es que Esther nos contó que ese es el objetivo de El pájaro que trajo el fuego: traer al presente leyendas pasadas, unir lo ancestral con lo actual. Por eso, unque nos trajesen canciones nuevas, no se olvidaron de su pasado, y pudimos disfrutar una vez más de “Caravana” y viajar al lejano oeste con “Winchester 75”. Recibimos también la visita de “El Primer Loco”, y unimos nuestras voces para cantarle “a la luna llena”.

 

 

Nos dejamos emocionar con “Aún es pronto”, que asegura que los problemas se resolverán en algún momento. En ese momento ya nos habíamos olvidado de cualquier preocupación, solo había hueco en nuestra mente para la música, y todos los ojos estaban puestos en el escenario. Nos volvimos a ilusionar con “Cosas Pequeñas”, una de nuestras favoritas. Siguieron con “Paloma Negra”, versión del tema de Chavela Vargas en el que Esther lució su voz, para después llamar al escenario a Alberto Jiménez, vocalista de Miss Caffeina, con el que interpretaron “Noche Glacial”, una de las canciones más pegadizas del nuevo disco. La siguiente sorpresa fue la versión traducida al castellano de “Space Oddity” de David Bowie, con la que deleitaron al público de la sala. Llegó el momento de descubrir quién les había acompañado esa noche, y es que en un lateral del escenario estaba la mismísima Serrana de la Vera, en forma de estatua. Después de presentárnosla tocaron “Serrana de la Vera”, tema que aparece en el corto de Miguel Parra El jardín de Vero (con el nombre de “Serranita de la Vera”).

 

 

Con “Hola” nos hablaron de aquellas personas que se sienten solas e intentan comunicarse con quien quiera escuchar, y luego hicieron arder la Sala Copérnico con el que ya es uno de sus himnos, “Pirómana”, y que cantaron todas las voces presentes. Bailamos al ritmo de “Elvis” e intentamos seguir la letra de “Trabalenguas”, otro de los nuevos temas que ha traído el pájaro. Después de esta canción abandonaron el escenario, entre las peticiones del público de otro tema. La expectación crecía poco a poco hasta que aparecieron por un lateral y se situaron en el centro de la sala, rodeados por el público, para interpretar “Oración” sin micrófonos ni amplificación.

Para acabar la fiesta, volvieron al escenario para tocar la esperada y aclamada “Escorpiones de Tequila”, la otra canción insignia de Referencias, que el público recibió con ovaciones. La última canción de la noche no podía ser otra que el single de El pájaro que trajo el fuego, “Palomitas de Caramelo”, que recogió todas las emociones del concierto y acabó con una lluvia de confeti sobre el público.

 

 

Así acabo la noche, con amplias sonrisas por parte de la banda y del público. El concierto combinó lo antiguo con lo nuevo, las canciones que ya se alzaban como himnos con las que lo serán dentro de poco tiempo. Salimos de la Sala Copérnico con la certeza de que habíamos visto a la mejor Bambikina en acción, y sabiendo que sería difícil olvidar aquel concierto. El pájaro había levantado el vuelo para llevar fuego y música a cada rincón.

 

Paula Morais

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